Lavanda: lleva aroma y color a tu casa

La lavanda es una de las plantas aromáticas más populares. Es de fácil cultivo, lo que la hace una de las elecciones preferidas a la hora de dotar de aroma y color a jardines e interiores. Su floración es espectacular, bañando de un atractivo color lila su entorno. La lavanda crece con tallos leñosos que se ramifican en forma de espiga. Es habitualmente clasificada como arbustiva, contando con hojas perennes y pequeñas pero muy abundantes flores.

Se trata de una planta muy resistente que desplegará su máximo esplendor en lugares con mucha luz y sol directo, aunque su fortaleza le permite sobreponerse a temporadas de frío y sombra.

En Jardinería la lavanda constituye un elemento ideal para decorar borduras, setos bajos y rocallas, desplegando su máxima belleza entre primavera y verano.

Su cuidado es muy simple. Te bastará con podarla cuando el periodo de floración concluye. Esto potenciará su crecimiento, al tiempo que se impide que los arbustos se dispersen.

El momento ideal para plantarlas es durante el otoño, si vives en Canarias. Si deseas plantarla en lugares de un clima más frío, te recomendamos que la plantes a principios de primavera. Puedes hacerlo bien con semillas o a partir de esquejes.

¡Ya lo sabes! Pon una lavanda en tu jardín o macetero y disfruta de aroma y color.